La aprobación en el Pleno del Congreso de una proposición legislativa socialista para suspender el calendario de implantación de la Lomce supone un paso adelante para paralizar definitivamente las reválidas, aunque es insuficiente. Con el voto favorable a esta proposición, la mayoría del arco parlamentario ha llevado la voz de la comunidad educativa al Congreso. El Gobierno debe tomar nota  y empezar a modificar sus políticas educativas.

El nuevo R. Decreto para dejar sin efecto académico las evaluaciones de ESO y Bachillerato está a expensas de los acuerdos que se puedan alcanzar en la próxima reunión de la Conferencia Sectorial, según ha anunciado el Ministro de Educación. Los responsables educativos deben acertar en sus decisiones para acabar con las incertidumbres que están generando las “reválidas”. En este sentido el sindicato defiende la evaluación continua y considera que las reválidas son pruebas segregadoras que no reflejan el rendimiento académico e impiden la continuidad en el sistema al alumnado que no las superen. Por ello abogamos por la retirada definitiva del RD de reválidas y por la reposición de la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad).

UGT no admite que se “supediten los efectos académicos de las reválidas a un posible Pacto de la Educación”. Si realmente hay una intención de llegar a un Acuerdo, el Gobierno debe empezar la negociación con los agentes sociales convocando una Mesa sectorial en la que se aborde la situación que vive la educación y sus profesionales y se adopten medidas que contrarresten los efectos que está generando la LOMCE en todas las etapas educativas.

El sindicato considera que la Educación no necesita parches, precisa de soluciones que la sitúen como prioridad en la acción de gobierno y que se recupere la financiación suficiente para revertir los recortes educativos generados en los últimos años.