La Comisión Europea considera que el término “sistemas de salud y asistencia sanitaria” abarca un concepto más amplio que los sistemas de salud” o “sistemas sanitarios”, ya que engloba especialmente la salud pública y la asistencia social.

En un informe reciente sobre el estado de la salud en la Unión Europea se concluyó que únicamente si nos replanteamos de manera fundamental nuestros sistemas de salud y asistencia sanitaria podremos garantizar que sigan siendo adecuados. Esto implica crear sistemas que tengan como objetivo seguir promoviendo la salud, prevenir enfermedades y ofrecer una asistencia centrada en el paciente que dé respuesta a las necesidades de los ciudadanos. Los sistemas de salud y asistencia sanitaria exigen la adopción de reformas y soluciones innovadoras para llegar a ser más robustos, accesibles y eficaces a la hora de prestar un servicio asistencial de calidad a los ciudadanos europeos.

Los sistemas de salud y asistencia sanitaria en Europa se enfrentan a retos serios, entre los que se encuentran el envejecimiento de la población, la multimorbilidad, la escasez de personal sanitario y la creciente carga de enfermedades no transmisibles prevenibles provocadas por factores de riesgo como el tabaco, el alcohol y la obesidad, así como otras afecciones, incluidas las enfermedades raras y las neurodegenerativas. También nos hallamos ante una amenaza creciente derivada de enfermedades infecciosas que se deben a la mayor resistencia a los antibióticos y a patógenos nuevos o reemergente. El gasto público en sanidad y asistencia de larga duración está aumentando a un ritmo constante en los Estados miembros de la UE y se prevé que continúe haciéndolo[1].

Por tanto desde FeSP-UGT entendemos que la atención a la dependencia es un servicio público esencial. La calidad ha de ser algo incuestionable tanto por prestar asistencia a personas, como porque estas personas no siempre pueden defenderse ante la prestación de unos servicios deficientes, y siendo como es el estado garante en la prestación de un servicio público, entendemos que debe implicarse.

La calidad de la asistencia a las personas con dependencia pasa por unas condiciones de las trabajadoras dignas que reconozcan el valor del cuidado en la sociedad. Una de estas condiciones es un salario digno que recoja el cumplimiento del AENC firmado por los agentes sociales.