En un periodo en el que el Diálogo Social no pasa por su mejor momento, y la mayoría de los Gobiernos optan por la imposición unilateral de las condiciones de trabajo de las empleadas y empleados públicos, la celebración de las Elecciones Sindicales, adquieren un especial protagonismo, al menos, por las siguientes cuestiones:

  • Los Sindicatos formamos parte de la estructura esencial del Estado Social y Democrático consagrado por la Constitución (art. 7), para la defensa de los intereses de las trabajadoras y trabajadores. Y las elecciones nos legitiman.
  • Las elecciones sindicales generan mecanismos de interlocución (Juntas, Comités Mesas) para contrarrestar las decisiones de las Administraciones.
  • Quremos trasmitir a las empleadas y empleados públicos la necesidad de seguir consolidando un sindicalismo de clase que tienda a dar un tratamiento homogéneo, pero plural, al conjunto de los colectivos y sectores concurrentes, frente a un sindicalismo de corte corporativo, tendente a atomizar las condiciones de trabajo de los profesionales, y contemplativos, ante los problemas y dificultades por los que atraviesan los Servicios Públicos.
  • Queremos seguir desarrollando un proyecto sindical en defensa de las empleadas y empleados y servicios públicos, al contrario de otros, que hacen del “qué hay de lo mío”, su único referente.
  • Hemos reforzado las actitudes éticas de nuestra afiliación y responsables sindicales, impulsando Códigos éticos y desarrollando una intensa campaña de formación ética, que nos sirva de premisa a la hora de desarrollar nuestra actividad.

Por ello, pedimos una amplia participación en las próximas elecciones sindicales. Porque queremos aumentar su protagonismo en la determinación de sus condiciones de trabajo. A mayor participación, mayor representatividad, lo que implica mayor fortaleza a la hora de recuperar el Diálogo Social.

Es necesario, hoy más que nunca, reclamar una adecuada financiación de las Administraciones públicas para ofrecer a la ciudadanía la mejor cobertura posible. Queremos mejores salarios para los empleados públicos, salarios que dignifiquen la labor que cada día desempeñamos en aras del bien común y del fortalecimiento del estado democrático.

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