Ante la situación que se esta viviendo en el país de pandemia por el COVID-19, desde FeSP-UGT queremos señalar la situación que están viviendo las trabajadoras del sector del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD). El SAD es un servicio que desempeña un papel fundamental en al atención a las personas que no pueden realizar actividades indispensables la vida diaria.

Este servicio presenta algunas características peculiares, es un servicio que no se puede prestar a más de un metro de un metro de distancia de los propios usuarios. Es un servicio que se presta a uno de los grupos más vulnerables respecto al coronavirus, personas mayores con incapacidades importantes relacionadas con diversas patologías. Además estás trabajadoras se desplazan de un domicilio a otro a lo largo de la jornada, pueden atender según las distintas CCAA y las zonas en cada una de ellas en torno a 4 usuarios. Es importante recordar que se han establecido unas medidas de movilidad reducida para evitar la diseminación de la enfermedad.

Desde la FeSP-UGT consideramos que es preciso que estas trabajadoras dispongan de batas desechables para uso individual en cada uno de los domicilios, así como mascarillas, a poder ser quirúrgicas y guantes desechables.
La aplicación de estas medidas es indispensable tanto para proteger a las propias trabajadoras como para proteger a los usuarios del servicio, que constituyen uno de los grupos más vulnerable de la población, es decir uno de los grupos de población en el que el coronavirus puede revestir más gravedad.

Si bien el servicio de ayuda a domicilio es un servicio público este es prestado por empresas privadas que no están proporcionando dicho material a las trabajadoras. Además nos preocupa que algunos usuarios se niegan a recibir la ayuda de las trabajadoras si no se establecen medidas de protección. Desde el punto de vista sanitario entendemos que no tomar medidas adecuadas en este sector puede contribuir a empeorar la situación con el aumento de personas mayores y vulnerables afectadas por el coronavirus, además del riesgo de las propias trabajadoras de
contraer la enfermedad, insistimos trabajadoras que se están moviendo de un domicilio a otro y utilizando sus propios medios de transporte y el transporte público.

Nos preocupa, y mucho, la situación de estas trabajadoras que ya constituían, tal y como venimos denunciando desde
hace más de un año, un nicho de empleo precario con ingresos muy bajos, hay muchas jornadas a tiempo parcial, con lo que no llegan a unos ingresos mínimos que ahora se pueden ver afectados, además de las condiciones laborales tan deficientes.