Los trabajadores experimentan estrés cuando las exigencias de su trabajo superan su capacidad para hacerles frente. El estrés laboral es un problema de organización, no un defecto personal. Es una de las consecuencias más importantes de un ambiente de trabajo psicosocial deficiente.

Los riesgos psicosociales son las consecuencias psicológicas, físicas y sociales negativas que se derivan de deficiencias en el diseño, organización y gestión del trabajo.

Unas condiciones de trabajo como la carga de trabajo excesiva, demandas contradictorias, comunicación ineficaz o la mala organización, pueden provocar riesgos psicosociales. También se generan a raíz de contextos sociales poco saludables, como situaciones en las que exista falta de apoyo por parte de la dirección o los compañeros de trabajo, desavenencias en las relaciones interpersonales, acoso, agresión y violencia o dificultades a la hora de combinar los compromisos laborales y personales.

No se debe confundir un entorno que presenta riesgos psicosociales con un entorno de trabajo saludable y estimulante que apoya a los trabajadores, y en el que éstos se sientan motivados para rendir al máximo de sus capacidades.

El entorno de trabajo psicosocial ejerce un efecto significativo sobre la salud y el bienestar de los trabajadores..

Los trabajadores que padecen estrés laboral pueden llegar a desarrollar graves problemas de salud mentales y físicos. Esto, a su vez, repercute en la organización y la sociedad en conjunto.

Para el trabajador individual, los efectos negativos pueden derivar en agotamiento y depresión, dificultad de concentración, problemas domésticos, alcoholismo y drogadicción, o mala salud física, especialmente enfermedades cardiovasculares y problemas musculoesqueléticos.

A nivel de la organización, los efectos negativos afectan de distintas maneras, como  rendimiento empresarial deficiente, aumento del absentismo o 'presentismo' (los trabajadores acuden a trabajar cuando están enfermos y no rinden como deberían); lo que se transforma en un aumento de los índices de accidentes y lesiones para los trabajadores.

Como aspecto positivo, la creación de un buen ambiente de trabajo psicosocial garantiza la salud y la productividad de los empleados en el trabajo. Las bajas por estrés laboral se reducirán o desaparecerán, así como los costes derivados de la pérdida de productividad.

Una buena gestión del estrés laboral y los riesgos psicosociales ayudará a mantener la satisfacción entre la plantilla. De este modo, aumentarán la participación del trabajador, el compromiso y la innovación.

El estrés laboral también puede contribuir al aumento de las tasas de jubilación anticipada. Un ambiente de trabajo positivo le ayudará a retener a dichos trabajadores.

Los riesgos psicosociales pueden ser evaluados y gestionados de un modo tan sistemático como el resto de los riesgos en materia de seguridad y salud en el trabajo.

La forma ideal de identificar los riesgos y hacerles frente es mediante el modelo estándar de evaluación de riesgos y un enfoque participativo:

  • Primero, identificación de los riesgos y las personas en situación de riesgo. Tanto directivos como trabajadores deben ser conscientes de los riesgos psicosociales y saber captar las primeras señales de alerta de estrés laboral.
  • Segundo, evaluación y jerarquización de los riesgos. Es necesario decidir qué riesgos son más preocupantes y centrarse en solucionarlos primero.
  • Tercero, planificación de una acción preventiva. Se debe orquestar un plan, que se pondrá en marcha para evitar los riesgos psicosociales. Si no se pueden prevenir, piense en cómo se pueden reducir al mínimo.
  • Cuarto, ejecución del plan. Es importante especificar qué medidas deben tomarse, los recursos que requieren, quiénes participarán en ellas y cuál será su duración.
  • Por último, seguimiento y examen continuados. Debe estar preparado para modificar el plan en función de los resultados de la supervisión.

Recuerde que las personas pueden reaccionar de manera diferente a un mismo conjunto de circunstancias. Su evaluación de los riesgos psicosociales debe tener en cuenta las capacidades y necesidades de los trabajadores (por ejemplo, en relación con su género, edad o experiencia).

Los riesgos psicosociales y el estrés relacionado con el trabajo suponen costes significativos para las organizaciones y las economías nacionales.

Los trabajadores tienden a causar baja durante periodos considerables a causa del estrés laboral y otros problemas psicológicos. Los trabajadores que sufren de estrés laboral también tienden a ir a trabajar aun cuando no son capaces de rendir adecuadamente (este fenómeno se conoce como «presentismo»). Esto conduce a una menor productividad y, en consecuencia, a una reducción de la rentabilidad empresarial.

En toda Europa, el coste total de los trastornos mentales (tanto laborales como no relacionados con el trabajo) se estima en 240.000 millones de euros al año. Menos de la mitad de esta suma proviene de los costes directos, como el tratamiento médico, lo que supone un coste de 136.000 millones por pérdidas de productividad, entre las que se incluye el absentismo debido a las bajas por enfermedad.

Las estadísticas nacionales también son rotundas:

  • Los costes nacionales del estrés laboral, en Francia, se elevaban según las estimaciones a entre 2.000 y 3.000 millones de euros en 2007.
  • En el Reino Unido se ha calculado que, durante 2009-2010, se perdieron en torno a 9,8 millones de jornadas laborales a causa del estrés relacionado con el trabajo y la duración media de los periodos de baja de los trabajadores se cifró en 22,6 días.
  • En Austria, los trastornos psicosociales constituyen el primer motivo de jubilación anticipada de los trabajadores no manuales, pues causan más del 42 % de las jubilaciones anticipadas en esta categoría laboral.

Los beneficios para las empresas son evidentes: la prevención y la gestión de los riesgos psicosociales es una tarea importante que en último término permitiría dotarse de una plantilla saludable y productiva, reducir el absentismo y los índices de accidentes y lesiones laborales.

El resultado es una mejor rentabilidad empresarial en términos generales.

Si todavía no está convencido, este último argumento le convencerá: los beneficios para las empresas superan el coste de aplicación de las medidas de prevención y gestión.