En la FSP-UGT opinamos que las Diputaciones Provinciales, lejos de suprimirse, deben convertirse en organismos dinámicos y particularmente eficaces en la prestación de servicios asistenciales, promoción del desarrollo provincial y local, dotación de infraestructuras a los núcleos rurales, ordenación y vertebración del territorio e impulso a la colaboración entre municipios. En definitiva, contribuyendo muy concretamente a paliar las desventajas que sufren los ciudadanos de aldeas y pueblos

En el debate parlamentario que se está desarrollando estos últimos días con ocasión del debate de investidura, ha adquirido protagonismo la discusión sobre el fututo de las Diputaciones Provinciales, al figurar en el Acuerdo PSOE-C´S, como uno de los extremos a incluir en una posible reforma urgente de la Constitución Española.

Concretamente se habla (pág. 64 del documento) de su “supresión”  y la creación de “Consejos de Alcaldes provinciales para municipios de menos de 20.000 habitantes”.  Y no dice más, algo normal, por otra parte, en un texto meramente programático.

Pero claro, resulta lógico que dicha propuesta suscite y genere dudas e inseguridades en, al menos, las siguientes cuestiones:

  • ¿Es supresión o un mero cambio de denominación?
  • La Diputaciones tiene encomendadas, por la propia CE y la normativa básica de Régimen Local, el desarrollo de servicios públicos esenciales para la ciudadanía ¿Cómo y quién los llevaría a cabo? ¿Está previsto la adopción de medidas que eviten el posible vacío de cobertura provocada por el cambio de modelo?
  • Las Diputaciones dan empleo a 62.159 trabajadores y trabajadoras ¿qué sucedería al respecto? ¿se integrarían en la Administración autonómica y local?

Por ello, conviene dejar claro que FSP-UGT ha apostado, desde hace años, por una acción decidida y contundente en favor de los poderes locales, entre los que destaca el municipio como pieza clave de participación ciudadana, acompañada por una política que favorezca la cooperación local en la resolución de los problemas de índole municipal, y ahí entran en juego las Diputaciones Provinciales.

En nuestro modelo político y administrativo, las Diputaciones deben jugar un protagonismo esencial para garantizar los principios de solidaridad y equilibrio intermunicipal. Aseguran la prestación integral y adecuada de los servicios de competencia municipal que puedan ejercer por delegación o transferencia de las Comunidades Autónomas, acompañado por la necesaria dotación económica.

Y es que, el gran número de municipios, la mayoría de pequeñas dimensiones, comporta e incluso imposibilita en algunos casos, la prestación de servicios básicos para los ciudadanos (extinción incendios, recaudación, abastecimiento agua, limpieza urbana, etc.). Por ello resulta imprescindible favorecer e incentivar políticas e instrumentos de cooperación interlocal a través de las Diputaciones.

Además, conviene precisar que las Diputaciones, los Cabildos y Consejos Insulares, dan empleo a 62.159 trabajadores y trabajadoras según datos del Boletín estadístico del Registro Central de Personal del Mº de Hacienda y Administraciones Públicas, generando riqueza en zonas donde la iniciativa privada se muestra inoperante para crear empleo.

En definitiva, FSP-UGT considera que es preciso reforzar el papel de las Diputaciones como instituciones garantes de la prestación de servicios que de otra manera sería imposible de llevar a cabo,  evitando que se dieran casos de discriminación entre los ciudadanos por su lugar de residencia, con lo cual, apostamos, como esencia, por la eliminación de cualquier tipo de desigualdad.

La ciudadanía debe percibir en sus responsables políticos la decidida voluntad de estar a la altura de las circunstancias y propiciar un decidido avance en la mejora de la gestión de sus intereses más inmediatos, cuestión que en el ámbito rural y municipal pasa, no por suprimir las Diputaciones, sino de potenciarlas, mejorarlas, garantizando su correcto y transparente funcionamiento democrático.