Según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, durante los siete primeros meses del año, se han producido un total de 708.685 accidentes laborales, lo que supone un incremento del 4,6% -31.433 accidentes- respecto del dato del mismo periodo de 2014.

Del total de accidentes 300.550 accidentes causaron la baja del trabajador, un 7,7% más que en el mismo periodo del mes anterior. Aumentaron tanto los accidentes que ocurrieron durante la jornada laboral como los que sucedieron in itínere –un 7,5% los primeros y un 8,4 los segundos-.

Los sectores con más accidentes fueron la industria manufacturera, el comercio al por mayor y menor y la reparación de vehículos a motor, aunque los mayores incrementos – un 13,3%- se dieron en el de la construcción.

Los datos reflejan que continúa la tendencia al alza de los accidentes sin baja que se viene registrando hace tiempo, ya que se notificaron 408.135, lo que supone un aumento del 2,5% con respecto al mismo periodo del mes anterior (10.066 accidentes más).

De enero a julio han fallecido 337 trabajadores -6 muertes más que en el mismo periodo de 2014- lo que supone que cada día fallecieron dos trabajadores en nuestro país. Los sectores más afectados han sido el sector servicios (con 137 muertes), el sector industrial (con 74), la construcción (con 37) y el agrario (con 34).

El índice de incidencia del total de los accidentes de trabajo con baja es de 265,4 accidentes por cada cien mil trabajadores al mes, un 4,2% más. Desciende ligeramente en el sector agrario y la industria pero se mantiene prácticamente constante en la construcción y el sector servicios.

La Unión General de Trabajadores ve con preocupación el aumento de accidentes de trabajo que se viene produciendo desde 2013 y denuncia que la precariedad laboral, la temporalidad, los contratos a tiempo parcial y el empeoramiento de las condiciones de trabajo son un factor claro de incremento de la siniestralidad laboral.

Para el sindicato, los datos confirman la reducción de la actividad preventiva en el seno de las empresas, por ello es necesario un impulso de la cultura preventiva entre el tejido empresarial y una mayor vigilancia y control por parte de la Inspección de Trabajo para evitar que los trabajadores sigan muriendo, enfermando y lesionándose por el simple hecho de ir a trabajar.