Coincidiendo con la Semana Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, UGT ha colaborado en numerosos eventos para promocionar el lema de este año «Trabajos saludables en cada edad».

Según datos de la encuesta de la población activa (EPA) 2015 la administración pública cuenta con un 41% de empleados mayores de 49 años, así como se espera que en 2030 la población de trabajadores entre 55 a 64 años represente el 30% o más de la población activa total.

Durante la Jornada celebrada en León sobre «La prevención a lo largo de los años», la secretaria federal de Salud Laboral de FeSP-UGT, Rosario Martorán, ha denunciado el envejecimiento de los empleados de las administraciones públicas, cuya plantilla supera mayoritariamente los 55 años y para quienes «hay que adaptar sus puestos de trabajo» acorde a su edad, reclamó.

En un contexto como el actual de envejecimiento de la población activa, UGT manifiesta que la prevención a lo largo de la vida laboral es una cuestión clave y pone de relieve la importancia de adoptar un enfoque basado en el «ciclo de la vida» para poder abordar con éxito la diversidad de los trabajadores.

En este sentido, UGT demanda la realización de una evaluación de riesgos en la que se tenga en cuenta la diferencia, adaptando el trabajo a las necesidades individuales. Los cambios a los que nos enfrentamos en la actualidad representan distintos retos para los trabajadores, empresarios y sindicatos.

Desde nuestro compromiso de impulsar prácticas de trabajo saludables entre los trabajadores y desarrollar unas condiciones de trabajo favorables que promuevan la sostenibilidad del trabajo a lo largo de la vida laboral y garanticen un envejecimiento saludable, UGT denuncia:

  • La prolongación de la vida laboral puede derivar en la ampliación del tiempo de exposición a riesgos laborales.
  • El aumento de la proporción de trabajadores mayores significa que habrá más personas con problemas de salud crónicos y, por tanto, con necesidades específicas.
  • Los trabajadores mayores pueden ser más vulnerables a los determinados peligros.
  • La importancia de la prevención de la discapacidad, la rehabilitación y la reincorporación al trabajo va en aumento.
  • A escala social, es necesario abordar la discriminación por motivos de edad.

Teniendo en cuenta que el 27% de los trabajadores de la UE considera que no podrá seguir haciendo el mismo trabajo hasta los 60 años de edad (según datos aportados por Eurofound), se hace aún más necesario reclamar el cumplimiento de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales y su desarrollo reglamentario.

Asimismo, en torno a los 44 años es la edad en la que los trabajadores contraen con más frecuencia una enfermedad profesional, y el 3,96% del total de enfermedades profesionales contraídas corresponden a trabajadores entre 60 y 64 años, además existe una clara correlación entre la edad del trabajador y la duración de los procesos causados por enfermedad profesional, es decir, a más edad corresponden procesos más largos (DGOSS, 2015).

Por último, no hay que olvidar el colectivo de mujeres trabajadoras, que suma la discriminación por motivos de género a las circunstancias referidas anteriormente. Buena prueba de ello es que desde que en 2012 repuntó la siniestrabilidad registrada en España, lo hizo en mucha mayor medida entre las mujeres que entre los hombres, y que desde ese mismo periodo son más los partes comunicados de enfermedad profesional con baja de mujeres que de hombres, a pesar de ser un colectivo más reducido.

Por todo ello, UGT demanda que la negociación colectiva recupere su protagonismo y denuncia que dicha negociación colectiva se ha visto erosionada por las políticas neoliberales de las últimas décadas, un proceso que se ha acelerado por la apuesta por la austeridad como vía de salida a la crisis.