La Unión General de Trabajadores reclama un plan específico de lucha contra la trata de seres humanos con fines de explotación laboral, la forma de la trata más invisible, más aceptada socialmente y más desatendida por los Gobiernos y que sigue aumentando en la UE debido a la crisis y la demanda de mano de obra barata. En marco del día Mundial contra la trata de seres humanos, que tiene lugar mañana, 30 de julio, el sindicato recuerda que España aún no ha ratificado el Protocolo de 2014 relativo al Convenio de Trabajo Forzoso de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y subraya la necesidad de revisar el régimen de infracciones para incrementar las sanciones previstas en los casos de vulneración de derechos de los trabajadores y de los derechos fundamentales así como la importancia de penalizar la demanda de servicios de víctimas de trata y explotación, sea cual sea su finalidad.

En el marco del día Mundial contra la trata de seres humanos, que tiene lugar mañana, 30 de julio, la Unión General de Trabajadores quiere manifestar que para erradicar esta forma de esclavitud moderna -una de las más graves violaciones de los derechos humanos- es necesario el compromiso de las autoridades, pero también del conjunto de la sociedad.

En algún momento, todos hemos podido haber recibido servicios o comprado mercancías, siendo conscientes o no, de que eran producto de la explotación sexual o laboral de personas en España o en otros países. Por eso, el sindicato reitera la necesidad concienciar al conjunto de la sociedad y penalizar la demanda de servicios o bienes producto de la trata y la importancia de abordar con urgencia medidas efectivas contra la explotación laboral, esté asociada o no con la trata de seres humanos.

España aún carece de un Plan específico de lucha contra la trata de seres humanos con fines de explotación laboral, la forma de la trata más invisible, más aceptada socialmente, más desatendida por los Gobiernos y que sigue incrementándose en todo el territorio de la Unión debido a la crisis económica y la demanda de mano de obra barata. De hecho, según los datos del Ministerio del Interior correspondientes al año 2015, se detectaron 10.835 personas en riesgo de explotación laboral.

En el año 2008, según la estadística de condenados del Instituto Nacional de Estadística, se contabilizaron 606 delitos contra los derechos de los trabajadores; en el año 2014 el número se ha incrementado hasta los 1.018, un incremento del 67%.

En contra de la opinión generalizada, las víctimas de la trata y la explotación pueden ser personas de cualquier nacionalidad y situación administrativa: las 133 víctimas de trata con fines de explotación sexual detectadas en 2015, según el informe del Ministerio del Interior, eran de nacionalidad rumana, española y nigeriana principalmente. Según el informe de la Comisión Europea sobre los progresos en la Unión en la lucha contra la trata de seres humanos, de las 39 víctimas identificadas y registradas de nacionalidad española, 25 fueron registradas en España, 7 en Holanda y entre una y cuatro en países como el Reino Unido o Francia.

La Unión General de Trabajadores reivindica:

  • La necesidad de un plan de lucha contra la economía sumergida, el empleo irregular, la explotación laboral y la trata de seres humanos con esta finalidad. Un plan que defina, con las modificaciones normativas necesarias que se ha de entender por explotación laboral y que se centre en los efectos que tienen estas conductas en la población trabajadora, en la prevención y protección de las víctimas y en la reparación del daño causado.
  • La ratificación por parte de España del Protocolo de 2014 relativo al Convenio de Trabajo Forzoso de la OIT.
  • La revisión del régimen de infracciones y sanciones penales, fiscales y del orden social, para incrementar las sanciones previstas en los casos de vulneración de derechos de los trabajadores y trabajadoras, y de los derechos fundamentales.
  • La necesidad de penalizar la demanda de servicios de víctimas de trata de seres humanos y de explotación, sea cual sea su finalidad. Todos podemos ser víctimas, pero también cómplices, voluntaria o involuntariamente de la explotación de otros seres humanos.