La Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos (FeSP) de UGT ha remitido sendas cartas al secretario General de Sanidad y al Secretario de Estado de Derechos Sociales, para exigiremos que tomen medidas urgentes encaminadas a proteger a los trabajadores del la sanidad.

En la misiva dirigida a Faustino Blanco, secretario general de Sanidad, el sindicato denuncia los problemas que están sufriendo los empleados, la principal es la falta de equipos de protección individual (EPIs). Esta circunstancia pone en riesgo su salud y hace que aumente el riesgo de contagio para el resto de la población. Aunque es cierto que las casuística con diferentes según las CCAA, son generalizados la falta de protección entre los trabajadores de transporte sanitario. En otras regiones el caso es el contrario, son los que reciben los enfermos quienes carecen del materia adecuado.

Por otra parte, UGT también se ha dirigido a Ignacio Álvarez, responsable de todo el ámbito de los Servicios Sociales, Residencias, ya sean públicas o privadas, Servicio de Atención a Domicilio y del Servicio de Teleasistencia. El sindicato entiende que, aún estando transferidas las competencias a las CCAA, el Estado es el último responsable de los servicios públicos.

UGT ha venido denunciado la precaria situación de estas trabajadoras. Desde FeSP-UGT le han expresado su gran preocupación tanto por las personas que reciben atención como por las trabajadoras que la están prestando.

En esta situación UGT entiende que los EPIs para disminuir la diseminación de la enfermedad son fundamentales, las trabajadoras de ayuda a domicilio van en transporte público de un lugar a otro, es imprescindible que haya un EPI en cada domicilio para que puedan protegerse y proteger a los usuarios, que son un grupo de población vulnerable, y que en muchas ocasiones no pueden prescindir de la asistencia.

Ademas UGT ha pedido establecer un criterio según las necesidades para no dejar sin atender a ninguna de las personas que precisan que alguien le asee o les dé de comer, así como llevarles comida o las medicinas que necesiten. Es preciso organizar estos servicios mínimos, evitando al mismo tiempo que el colectivo de trabajadoras pueda sufrir disminución de sus ingresos por la disminución de los servicios, ya es un colectivo muy castigado por la precariedad en el empleo. Estas trabajadoras están prestando un servicio esencial a la población más vulnerable.