El RD aprobado por el Consejo de Ministros el 23 de Octubre, no reconoce y limita la capacidad de enfermeras y enfermeros para prescribir, ya que obliga, entre otras cuestiones a realizar una formación adicional para los ámbitos de los cuidados generales y el de los cuidados especializados.

De hecho se produce un grave retroceso en la autonomía profesional, ya que establece en su articulado que “será necesario que el correspondiente profesional prescriptor haya determinado previamente el diagnóstico y la prescripción”.

Desde UGT se ha denunciado la actitud del Ministerio de Sanidad, que ha pactado de forma irresponsable y fuera de su ámbito legal y con interlocutores escasamente legitimados, que han primado los intereses particulares de sus organizaciones a los generales de la profesión enfermera.

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