En la III Conferencia de la Mujer de FeSP-UGT, celebrada en Madrid los días 7 y 8 de noviembre, hemos considerado clave abrir un espacio de reflexión y debate sobre retos urgentes para nuestra sociedad y en concreto para los servicios públicos. Dadas las características de la población española, afrontar el desafío de los cuidados resulta al mismo tiempo urgente e importante.

El porcentaje de personas mayores en España, al igual que en la mayor parte de los países miembro de la Unión Europea, es significativo, la pirámide poblacional es regresiva, con tasas de natalidad y mortalidad bajas y un crecimiento natural muy bajo. De manera que la sociedad se caracteriza por ser envejecida y con tendencia a serlo más. El envejecimiento de la población acarrea necesidades de cuidado importante, según las últimas cifras del IMSERSO (noviembre de 2017), más de 1.700.000 personas han solicitado ayuda a la dependencia.

Los servicios públicos han de ser referente y garante en la respuesta a las necesidades de cuidados existentes en nuestra sociedad. Unos servicios públicos de calidad, requieren de un presupuesto que tenga en cuenta al mismo tiempo las condiciones laborales de las personas empleadas en dicho sector así como dar cobertura a la demanda existente. La media Europea del PIB dedicado a mantener el sistema de dependencia es de 1,8%, en países como Dinamarca dedican un 4,5% del PIB, mientras que España dedica solamente un 0,7%. Este bajo presupuesto conlleva, tal y como cifran en la Asociación de Gerentes y Directoras de Servicios Sociales, que en el año 2017, un centenar de personas murieron cada día con la situación de dependencia reconocida mientras esperaban la percepción de la prestación.

Al mismo tiempo existe una alarmante carencia en el presupuesto, es necesario reflexionar sobre la calidad y las condiciones laborales en las que se desarrollan los empleos relacionados con los cuidados. Teniendo en cuenta la investigación elaborada y presentada por UGT y FeSP-UGT sobre La Ayuda a Domicilio en EspañaLa Ayuda a Domicilio en España se destacaba que las demandas laborales versan sobre condiciones salariales y del tiempo de trabajo, sobre el retraso en el pago de salarios por parte de las empresas en las que prestan servicios, sobre la estabilidad laboral y, en algunos casos, sobre la reducción del número de horas en sus contratos.

Precariedad con rostro de mujer

No es nuevo: las empresas multiservicio han encontrado un filón con la Ley de Dependencia. Un alto porcentaje de mujeres trabaja en el sector y en UGT llevamos mucho tiempo denunciando que se trata de un área laboral precarizada. Desde el momento en que los cuidados se convierten en un negocio y las empresas ganan los concursos de licitación con unos pliegos leoninos sin control por parte de las administraciones podemos imaginar el resultado: salarios bajos, horas extra usurpadas, gerocultoras que ven su trabajo degradado con la consecuencia de que es el mayor o el dependiente quien padece las malas prácticas que la empresa ejerce sobre la trabajadora. «Las empresas se presentan a concurso con precios temerariamente bajos y se enriquecen a costa de los salarios de las trabajadoras: no remuneran debidamente las horas complementarias ni el tiempo de desplazamiento entre servicios», reconocía una trabajadora del sector cuando le preguntábamos por los principales problemas de este colectivo laboral.

Desde el sindicato estamos visibilizando este problema porque nos parece grave y preocupante. ¿Van a garantizar los pliegos de condiciones los derechos laborales de la trabajadoras? Exigimos que así sea; lo mínimo que podemos esperar es que las administraciones velen por la garantía de un servicio que ellos licitan y que además representa un pilar importante de nuestro estado de bienestar. Maltratar laboralmente a las trabajadoras es desatender a nuestros mayores. Hay salarios de miseria en el sector, estamos denunciando el VII Convenio de la Dependencia y vamos a seguir poniéndole rostro a la precariedad del servicio de ayuda a domicilio, una de las áreas más castigadas por las empresas.

Constanza Tabio, Catedrática de sociología de la Universidad Carlos III de Madrid, ha recordado que la actividad de los cuidados es de una enorme complejidad. Exijen empatía y saber. «Y estos conocimientos no están en los genes de las mujeres, pero se han transmitido y debemos preguntarnos por qué no están bien valorados». «Las actividades que desempeñan las mujeres tienden a devaluarse». «El cuidado se precariza porque es una actividad de mujeres».

Marisol Herreño, de la Red de mujeres latinoamericanas y del Caribe y Pepa Franco, consultora y experta en sociología de género han debatido con la secretaria general de la FeSP-UGT de Castilla y León, Carmen Amez, sobre el origen y el futuro de los cuidados. Estas preocupaciones serán puestas en común y debatidas en  mesas redondas y talleres. Estamos convencidas de que la acción sindical sirve no solo para hacer visibles los problemas de las trabajadoras si no para unirnos y luchar en un frente común. Es nuestro desafío. Queremos respuestas sin precariedad.