Un total de 9.473 enfermedades profesionales se han producido en nuestro país de enero a junio de 2014, 157 más que el mismo periodo del año anterior, de las cuales 4.444 han sido con baja y 5.029 sin baja.

Según el informe “Enfermedades relacionadas con el trabajo. Junio 2014” elaborado por UGT, las enfermedades ocasionadas por el trabajo, que corresponden a la suma de las enfermedades profesionales más las patologías no traumáticas ocasionadas por el trabajo, asciende a un total de 13.401, de las cuales el 29% no están reconocidas en el cuadro de enfermedad profesional como tal, a pesar de que tienen un origen profesional.

Ante estos datos, la Unión General de Trabajadores reitera su denuncia por la clara infradeclaración de enfermedades profesionales en nuestro país, que producen consecuencias nefastas para la población trabajadora al aumentar las posibilidades de empobrecimiento y exclusión social y laboral de las personas. Para paliarlo, el sindicato reclama que el médico disponga de una información más detallada del paciente, con el fin de conocer la profesión del mismo y poder diagnosticar la enfermedad como profesional, y potenciar la especialidad de medicina del trabajo en el centro de salud para mejorar el diagnóstico de las enfermedades de origen laboral.

Además, sigue habiendo una falta de implantación de medidas preventivas en el seno de las empresas, a pesar de que sería un beneficio tanto para ellas como para el trabajador, ya que estos podrían desarrollar su labor de manera más eficiente y sin riesgos para su salud y se evitarían sustituciones en los periodos de sus bajas por enfermedad.

Tenemos que atacar el problema en su origen. Los culpables de la siniestralidad laboral en España están muy definidos. La temporalidad, la precariedad, la subcontratación y, en gran medida, la ausencia de planes de prevención de riesgos laborales aumentan día a día las cifras de esta lacra social, por lo que resulta indispensable una acción sindical efectiva en todo lo relacionado con la salud laboral y la prevención.

Por ello, UGT reclama aumentar las actuaciones de control del cumplimiento de la normativa de seguridad y salud en el trabajo en todos los sectores y empresas, con el fin de resaltar la infradeclaración de las enfermedades profesionales; incluir en el cuadro de enfermedades español la lista de enfermedades profesionales de la Organización Internacional del Trabajo; y que el preceptivo informe de los trabajadores ante la contratación de la empresa con la mutua sea vinculante, con el fin de que los criterios de contratación sean de satisfacción de los trabajadores y no de economicidad y fiscalización de las bajas.

Además, resulta imprescindible que las distintas administraciones y empresas implanten de manera real y efectiva políticas y planes de prevención, concienciando sobre la importancia de actuar contra los riesgos psicosociales para que vean la prevención como un beneficio y no como un gasto; poner especial atención en los accidentes y enfermedades que no ocasionan baja, que están alcanzando unas cifras muy elevadas; recordar el cumplimiento del principio de precaución, sobre todo para los trabajadores que manipulan productos químicos y biológicos; y promover la creación de un Fondo de Compensación para los trabajadores afectados por el amianto y para sus familias, entre otras cuestiones.