• UGT y CCOO muestran su rechazo a la participación de Correos en la privatización de Correios de Brasil. 
  • Ambos sindicatos consideran que esta operación brasileña no aporta ningún beneficio social y es de dudosa rentabilidad económica.

Según han publicado varios medios, el presidente de Correos y su cúpula se han reunido con el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, interesándose por la privatización de la empresa pública postal brasileña. Por todos es conocido que el gobierno del presidente de Brasil, el ultraderechista Jail Bolsonaro tiene en su agenda privatizar las principales empresas públicas de su país (Petrobras, Banco do Brasil, Electrobras etc..) y ha comenzado por un paquete de 17 empresas públicas, entre ellas la compañía postal Correios de Brasil que opera desde 1663.

El proyecto de privatización de Correios de Brasil ya fue aprobado en la Cámara de Diputados y actualmente está tramitándose en el Senado, con una fuerte contestación por parte de los partidos progresistas de la oposición y los sindicatos del país sudamericano. El modelo privatizador neoliberal de Bolsonaro se contradice totalmente con las políticas que defiende el gobierno “más progresista de la historia de España” con la única excepción del servicio postal universal (SPU), que año tras año ve recortada su financiación en los Presupuestos Generales del Estado y que el presidente de Correos Juan Manuel Serrano, con el beneplácito del Gobierno, es el encargado de desmantelar. 

Según denuncia la oposición de Brasil, y que UGT y CCOO comparten, “la privatización de Correios de Brasil solo se justifica para atender los intereses privados monopolistas de empresas que apoyaron políticamente a Bolsonaro”. Los argumentos de unos (Bolsonaro) y de otros (Serrano) no son muy diferentes, ambos buscan exclusivamente el negocio por encima de la rentabilidad social que el servicio postal publico presta para el conjunto de la población, como hemos venido denunciando UGT y CCOO con movilizaciones de los trabajadores/as y en todas las instituciones del país desde la pasada primavera. 

La operación de Brasil, además de su impacto social negativo, puede ser otro negocio fracasado de la internacionalización del presidente, al carecer de estudios de mercado “fiables”, a parte de las consultoras “amigas”, que avalen operaciones de alto riesgo como esta en Brasil con altos costes operativos y baja rentabilidad para prestar un servicio postal en el país más grande y más poblado de América del sur. 

Las operaciones de riesgo de Correos -sin musculo financiero y con pérdidas económicas de vértigo- pueden llevarse por delante el poco margen de futuro que le queda, si el gobierno no reconduce la situación y apuesta por un proyecto de empresa pública, moderna, eficiente y competitiva, apoyándose en la matriz -lo postal- para diversificar con sentido común, sin poner en riesgo el servicio postal público, ampliando la actividad y mejorando la cuenta de resultados sin recortar el servicio público a la ciudadanía.