El éxito en la gestión de la Educación solo vendrá con un cambio en las políticas
Financiación, reversión de recortes y diálogo social deben ser las prioridades
El sector de Enseñanza de FeSP-UGT considera que el ministro de Educación Iñigo Méndez de Vigo, renovado en su cargo, tiene en sus manos abrir un periodo real de diálogo con la comunidad educativa y para ello sería una buena medida la retirada del RD de reválidas.
El ministro tiene mucho trabajo por delante si quiere ganar la credibilidad perdida en sus últimas actuaciones, pero lo más importante es poner a la educación en la primera línea de la agenda política del Gobierno, porque de ello depende el futuro del país. De lo contrario, y como hasta ahora viene sucediendo con las políticas de recortes y con la disminución de financiación educativa, estamos abocados a quedarnos a la cola de los países de nuestro entorno en materias de formación, ciencia e investigación, que contribuyen al desarrollo y empuje de nuestra sociedad.
Para UGT, la educación ha de ser una prioridad de cualquier Gobierno porque a través de ella se cohesiona a la sociedad, se apoya e integra al que tiene dificultades y se eleva el nivel de cualificación de los ciudadanos de un país.
El ministro debe escuchar las reivindicaciones del sector educativo que han llevado a movilizaciones continuas durante los últimos años contra la Lomce, y los recortes educativos. En este sentido, el sindicato reclama la paralización de dicha ley, la retirada de las reválidas y la reversión de los recortes de todas las enseñanzas, incluida la universitaria.
Los trabajadores de la enseñanza esperan respuestas. Se hace necesario recuperar las condiciones sociolaborales perdidas: la disminución de ratios y de horas lectivas, programas de apoyo y refuerzo con las plantillas adecuadas, desdobles, formación permanente, recursos de aula, etc.
Consideramos que la nueva etapa ministerial, que según se viene anunciando tiene intención de abordar el Pacto por la Educación, no permite, desde nuestra posición, fórmulas mágicas con las que se pretendan corregir las deficiencias de nuestro sistema educativo. El Pacto debe contemplar un modelo educativo estable, compartido por toda la comunidad educativa y el arco parlamentario.
El sindicato le desea éxito en su tarea y, a nuestro juicio, lo tendrá si cambia de políticas.