Hoy viernes, 3 de junio, concluye la última las tres jornadas de huelga general convocadas por CCOO y UGT, con concentraciones de protesta contra el desmantelamiento postal en las principales capitales de provincia de todo el paísPara CCOO y UGT, el conflicto de Correos transciende del ámbito laboral a un conflicto social y transversal. Como ha demostrado el apoyo de diferentes partidos políticos del arco parlamentario, las movilizaciones postales afectan directamente a un servicio esencial para la ciudadanía y a un modelo de los servicios públicos postales que necesita la sociedad española en su conjunto.Según CCOO y UGT, la amplia movilización de los trabajadores y trabajadoras de Correos y el respaldo de los representantes de la ciudadanía en el Congreso lanzan un claro mensaje al Gobierno: no puede desentenderse del servicio postal público, ni avalar con su silencio el desmantelamiento de Correos y la pésima gestión de su presidente, Juan Manuel Serrano. 
 

Hoy viernes 3 de junio concluyen las tres jornadas de huelga general lideradas por CCOO y UGT, las movilizaciones más multitudinarias de los últimos tiempos, de un conflicto que, para CCOO y UGT, va más allá de ser únicamente laboral. Es un conflicto social y transversal que afecta directamente a un servicio público esencial para la ciudadanía en su conjunto, el postal, y de la administración que Correos debe prestar a la sociedad y que debe llegar a todos los rincones del Estado, favoreciendo la vertebración territorial y la cohesión social a particulares, comercios, pymes y las empresas del país. Además de concentrar a más de 20.000 personas en una multitudinaria manifestación de la marea amarilla postal en Madrid, ha contado con el apoyo de una amplísima representación de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados -Partido Popular, Unidas Podemos, ERC y Compromís-, que han demostrado que los servicios públicos son de todos, que transcienden de los intereses partidistas, primando, por encima de todo, el interés general de los españoles a recibir un servicio postal de calidad.

Hoy hay convocadas concentraciones de protesta contra el desmantelamiento postal en las principales capitales de provincia de todo el país, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Valladolid, Alicante, Santiago de Compostela (y todas las provincias de Galicia), Bilbao, Toledo, Cádiz, Tarragona, Badajoz, Murcia, Almería, Santander, Logroño, Ceuta, Jaén, Pamplona, Granada, Girona, Álava, Soria, San Sebastián, Lleida, Cáceres, Córdoba, Melilla, Tenerife y Melilla. Ayer 2 de junio se realizaron concentraciones y actos de protesta en Huelva, Las Palmas, Ávila y Palma de Mallorca.

Según CCOO y UGT, la amplia movilización de los trabajadores y trabajadoras de Correos y el respaldo de los representantes de la ciudadanía en el Congreso lanzan un claro mensaje al Gobierno: no puede desentenderse del servicio postal público, ni avalar con su silencio el desmantelamiento de Correos y la pésima gestión de su presidente. 

CCOO y UGT proseguirán con las movilizaciones hasta la paralización del desguace actual y la reversión de las medidas de desmantelamiento postal, con el objetivo de impulsar una discusión del modelo postal público de país, comprometido con la sociedad. Es necesario dotarlo de financiación estable y suficiente para prestar los servicios postales y de la administración a la ciudadanía y establecer un plan estratégico con inversiones que permitan a Correos recomponer su déficit actual y colocarse como una empresa pública de país, competitiva, eficaz y eficiente, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Además, debemos recomponer el dialogo social roto por el presidente de Correos, quien, con el objetivo de esconder su pésima gestión como consecuencia del fracasado plan estratégico, ha tratado de desvirtuar las movilizaciones aduciendo motivos puramente personales por parte de las organizaciones sindicales.

CCOO y UGT creen que el Gobierno tiene una oportunidad para frenar en seco el Plan Estratégico de desguace del correo público de Serrano, un plan que lo está poniendo en una situación crítica sin precedentes, y reorientar el rumbo desastroso actual para abordar una discusión rigurosa sobre el modelo postal público que merecen los ciudadanos/as de nuestro país.