Desde que a primeros del Siglo pasado el colectivo de Bomberos Forestales comenzara su historia como aquellos trabajadores forestales y conocedores del monte, que eran contratados para la extinción de incendios forestales, la figura profesional ha ido sufriendo transformaciones y adaptaciones al medio, pero sobre todo a las necesidades y emergencias existentes.

Hoy cuatro de mayo, celebramos el día de nuestro colectivo, el cual lo componen algo más de veinte mil mujeres y hombres dependiente de las administraciones regionales o incluso de las provinciales. Trabajadores fundamentalmente en las competencias de la prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales, a los que en la década del dos mil diez, se le suma “el apoyo a las contingencias en medio natural y rural”, para completar si cabe aún más esta figura. Cuando este proceso de formación aun esta sin finalizar en muchos territorios, el virus SARS-CoV2 ha atacado a nivel mundial y sobre todo a España como el Covid-19, haciendo que todos los servicios de emergencias se pusieran en marcha para combatir la pandemia.

En cada autonomía los Servicios de Prevención y Extinción de Incendios Forestales han sido puestos a disposición de la autoridad sanitaria o la UME, para ser formados en un tiempo record y proceder a la realización de trabajos como el traslado de material sanitario y primera necesidad; ayuda a personas dependientes en el mundo rural; revisión de infraestructuras básicas; montaje de hospitales de campaña; y sobre todo de realizar limpiezas y desinfecciones en exteriores e interiores de infraestructuras críticas: hospitales, centros de salud, poblaciones rurales… y las tan castigadas residencias de 3ª edad. En este proceso FeSP-UGT ha puesto a todos sus delegados a trabajar, desde los comités de empresa a los comités de salud laboral, con la elaboración de procedimientos y protocolos de Seguridad. Además dichos delegados han doblado su cometido volviendo a sus puestos de trabajo y, demostrando al resto de compañeros que juntos es posible acabar con la crisis sanitaria.

Los equipos de bomberos forestales vuelven a dejar patente su profesionalidad y adaptación a las necesidades, donde un día podían estar apagando fuegos y al otro realizando desinfecciones, o realizando trabajos preventivos y al otro achicando agua en las inundaciones, tal como ha ocurrido en comunidades tales como Murcia, Cantabria, La Rioja, Galicia, Andalucía, Castilla-La Mancha… Lamentablemente, no en todas las autonomías han sido utilizados los SPEIF para la lucha contra el Covid-19, hecho que desde UGT hemos denunciado y consideramos que los responsables tendrán que rendir cuenta a su debido momento.

Este hecho no hace más que poner de relieve la imperiosa necesidad de la aprobación de la Ley de Estatuto Básico del Bombero Forestal, donde quede reflejado las competencias, grupos profesionales, formación y riesgos añadidos a la actividad que desarrolla el colectivo. En este último apartado, queda totalmente en evidencia que las continuas peticiones de UGT sobre la concesión de los Coeficientes Reductores a bomberos forestales, es primordial, puesto que durante la prevención y extinción está demostrado que el rango de edad superior a los 60 años supone un riesgo para la salud del trabajador, y que durante la pandemia de Covid-19 dicho conjunto tampoco ha podido entrar a realizar trabajos frente al virus, por ser también grupo de riesgo, quedando más evidentemente la necesidad de que el ministerio deje de poner excusas y conceda a los SPEIF los Coeficientes Reductores y la edad de jubilación anticipada tal como marca el R.D. 2011 y así se ha procedido desde este sindicato hace seis años, allá por el 2014.

Con todo ello, desde la Coordinadora Estatal de Bomberos Forestales de UGT seguimos y seguiremos apostando porque este colectivo sea un grupo integrado en los sistemas de Protección Civil, dedicado a las tareas de las multiemergencias en medio natural y rural, que cada vez son más necesarias en nuestra sociedad, dejando atrás aquellas visiones prehistóricas de algunas autonomías y grupos políticos que solo nos consideran trabajadores forestales, siendo dichos planteamientos anticuados, retrógrados y faltos de visión de futuro, ante las emergencias actuales y venideras.