UGT pide hacer un seguimiento de los profesionales que usaron las mascarillas defectuosas de Garry Galaxy en CLM
El sindicato incide en que no basta con haber retirado las mascarillas FFP2 del fabricante chino Garry Galaxy, sino que es necesario averiguar en qué servicios específicos se distribuyeron y hacer test periódicos a los profesionales sanitarios, sociosanitarios o de ambulancias que las hayan usado.
FeSP UGT CLM insiste en comenzar a hacer un seguimiento de los profesionales sanitarios, sociosanitarios o de transporte sanitario que hayan usado las mascarillas defectuosas retiradas a finales de la semana pasada.
En Castilla-La Mancha se compraron 500.000 mascarillas FFP2 del fabricante chino Garry Galaxy, de las que ya se habían recibido 82.000 y se había distribuido en los distintos centros unas 26.000, según ha consultado UGT. “Sabemos que sobre todo se destinaron a centros sanitarios y en poca cantidad a centros sociosanitarios públicos, pero no sabemos en qué servicios concretos se repartieron”, detalla José Manuel Pinillos, responsable de Sanidad de FeSP UGT CLM.
Debido al alto grado de exposición de todos estos profesionales, que en la región alcanzan porcentajes de contagio de entre el 15 y el 18%, UGT pide establecer con claridad el protocolo a seguir para hacer el oportuno seguimiento de los profesionales que las hayan utilizado, de manera que se dé respuesta a la inquietud de muchos de ellos sobre la prevención a seguir y se realicen test rápidos o pruebas diagnósticas de laboratorio periódicas.
Al margen de los afectados por este tema, UGT reitera la necesidad de garantizar la protección de los trabajadores al 100% en el manejo de casos confirmados o sospechosos de estar infectados por Coronavirus, sin distinciones entre categorías profesionales, o ámbitos, sino en función del grado de exposición. Así como de ir generalizando la realización de pruebas no solo a los trabajadores con síntomas y a los que ya se les haya realizado con anterioridad, sino en todos los empleados que llevan desarrollando su labor desde el inicio del estado de alarma, ya que existen personas asintomáticas que se convierten en potenciales agentes de contagio hacia otros compañeros, sus familias o la población en general.