Pamplona y el desguace postal de Correos
AVANZA EL PROYECTO DE
DESGUACE DE CORREOS
UN NUEVO Y DESCARADO PASO DE SERRANO
PARA LIQUIDAR EL SERVICIO PUBLICO
TRASVASANDO la ACTIVIDAD de CORREOS
a la FILIAL CORREOS EXPRESS
“Hoy ponemos en marcha un proyecto pionero, pero estamos seguro de que se consolidará en Pamplona para ser ejemplo en el resto de España, eso es a lo que aspiramos”. Con estas entusiastas palabras, SERRANO, presidente del Grupo Correos, presentaba el PROYECTO “CARTEROO”, un paso más en un progresivo -y cada vez más descarado- trasvase de actividad desde la matriz (Correos) hacia su filial Correos Express (CEX).
Cada vez queda más a las claras el objetivo final de acabar con lo postal e implantar su proyecto logístico integral.
Primero, sin consenso y a escondidas, cambió el logo de la matriz quitándole la palabra Correos para dejársela a la filial, en una operación que costó más de 300 mil euros. Después avaló el dictamen de la AIReF sobre la necesidad de recortar el SPU y cerrar oficinas. Con Serrano al timón de Correos, “casualmente”, la financiación del SPU ha sido recortada en un 30% (la más baja de la historia con todo tipo de Gobierno) y se están cerrando oficinas en sábado y centros de trabajo, tal como recogía el informe. Posteriormente, Serrano, tras cesar a varios altos directivos de Correos, profesionales postales, y practicar el mobbing con otros para que, bien dimitieran y/o se fueran de Correos, ha puesto en el vértice del Grupo Correos a directivos de CEX que venían de desmantelar hace unos años RENFE (los actuales director de Operaciones, Avelino Castro, y de Personas y Relaciones Laborales, Juan Pulido), además de fichar (readmitir) a ex-directivos despedidos por causas objetivas hace años con suculenta indemnización (Eduardo Herrera, Manuel G. Zapatero), situándolos en puestos estratégicos y bien remunerados, marginando y despreciando a los rebeldes postalones.
Después, en plena pandemia de la COVID, Serrano dejó el Servicio Publico (SPU) fuera del RD de Alarma, olvidando premeditadamente la necesidad de facilitar servicios esenciales a la sociedad a cambio de priorizar el negocio del e-commerce y la venta de paquetería de China. Todo ello para favorecer descaradamente a la filial (eso sí, exponiendo salvajemente al contagio de la COVID, no solo a los trabajadores/as de Correos sino también a los de CEX, que también sufren la presión sin límites de Serrano y su “guardian del calabozo” Avelino Castro) Y ahora, en la misma línea, “trasvasa”, sin escrúpulo alguno, la palabra “cartero” históricamente asociada al servidor público postal,`para darle la cualidad del servicio público postal a la actividad de ámbito privado que presta la filial CEX y otras empresas privadas.
Cada vez sorprende menos la descarada intención de Serrano de vaciar de contenido un servicio público centenario para apostar por “un chanchullo de colaboración público-privada que, en la práctica, solo servirá para el fin de abrir el melón de una privatización por trozos del Correo Público. Lo de Pamplona es un cuento chino para disfrazar la obsesiva aversión de Serrano a lo postal. El Sr. Serrano (en Pamplona lo dijo) ya no disimula que su proyecto se desvía cualquier intención progresista. El Señor Serrano es hoy por hoy un IMPOSTOR de un proyecto progresista en Correos. Promover proyectos logísticos con la iniciativa privada solo puede ser entendido como una previsión de abrirse hueco (para él y sus cómplices) de puertas giratorias en el futuro.
UGT y CCOO no van a avalar los desmanes del Sr. Serrano. El Plan Estratégico era una farsa y terminó con un “TRINKE ESPECTACULAR” del responsable de coordinarlo. Serrano ha decidido ir a los hechos consumados y mientras marea la perdiz utilizando mediadores tan bien intencionados como engañados por el contratista, aplica decisiones organizativas más inclinadas al control soviético interno que a la eficacia de gestión invocando un Plan Estratégico oculto. Está claro. Serrano es un caballo de troya en Correos para desguazar el Servicio Publico Postal, abrir puertas a la entrada de capital privado, y aplicar un Convenio Colectivo con recortes de derechos, salariales y laborales respecto del actual. Si el Sr. Serrano quiere prepararse puertas giratorias con el desguace de Correos, no van a ser los sindicatos UGT y CCOO quienes le avalen. El Gobierno y el PSOE no deberían mirar para otro lado por mucha protección que Serrano alardee tener del Ministro de Fomento y del presidente del Gobierno. Ni ellos (ni menos él) llegaron donde están por si solos. Y lo deberían saber.