Un estudio realizado por FeSP-UGT cifra en un 14% la brecha salarial de género en las administraciones públicas.  Esto se explica porque las retribuciones variables (gratificaciones extraordinarias que se perciben por la realización de determinados servicios, guardias, disponibilidad, trabajo en fin de semana o festivos, horas extraordinarias o/y horarios especiales) son percibidas mayoritariamente por los hombres, ya que los puestos de trabajo en los que mayoritariamente se ocupan llevan asociados estos complementos.

La Administración Pública emplea a 2.578.388 efectivos del total de las 19.874.300 personas empleadas en España (12,97% de la población activa). De estos dos millones y medio de personas, 1.127.366 (43%) son hombres y 1.451.022 (56,27%) mujeres.

El Boletín Estadístico Anual del personal al servicio de las Administraciones Públicas (BESAP) que realiza el Registro Central de Personal (Ministerio de Política Territorial y Función Pública) revela dónde se encuentran ubicadas las mujeres en la Administración:

Administración Pública Estatal con 507.830 efectivos, de los cuales el 68,73 % son hombres y el 31,26 % mujeres.

Administración de las CCAA con 1.339.111 efectivos, de los cuales el 30,36% son hombres y el 69,63% mujeres.

Administración Local con 575.405 efectivos, de los cuales el 50,37% son hombres y 49,62%.

Universidades con 156.042 efectivos, de los cuales el 52,38% son hombres y el 47,61% son mujeres.

El acceso a la Función Pública se realiza atendiendo a los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad. Sin embargo, y a pesar de esta objetividad en el acceso, con los datos con los que contamos podemos afirmar que el ámbito del empleo público no es ajeno a los estereotipos y roles de género que impregnan nuestro sistema social y, en consecuencia, en las diferentes posiciones ocupadas por las mujeres y los hombres.

En el sector sanitario, las mujeres son mayoría en profesiones como la Enfermería, Técnicas (Cuidados Auxiliares de Enfermería, Análisis Clínicos, Radiodiagnóstico, Anatomía Patológica…) o especialidades médicas como la Pediatría, Tocología o Logopedia.

En  Justicia, en tareas administrativas y de auxilio judicial, en la carrera judicial y fiscal, y como no puede ser de otra manera, en el ejercicio de la abogacía.

El sector de la atención social, en el desempeño de profesiones como Cuidadoras, Trabajadora Social, Educadoras Sociales y de Familia, Psicólogas o Técnica en Atención a Personas en Situación de Dependencia.

En todas las Administraciones la presencia femenina es mayoritaria en las tareas de gestión administrativa y atención a la ciudadanía.

En el sector educativo es revelador que las mujeres representen cerca de 90% del profesorado en las etapas educativas iniciales, como educación infantil y primaria, y su presencia disminuya paulatinamente desde el tramo de la educación secundaria hasta la Universidad.

En las Administraciones Públicas, las contrataciones temporales y a tiempo parciales recaen sobre las mujeres, en los diferentes regímenes de vinculación. La falta de seguridad laboral, el empleo intermitente, la renuncia involuntaria al progreso profesional, la reducción en los ingresos sitúa a muchas empleadas públicas una situación de precariedad.

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