Ser mujer en España es sinónimo de cobrar menos
El 22 de febrero se celebra el Día europeo por la Igualdad Salarial. FSP-UGT denuncia la persistencia de discriminación derivada de la brecha salarial entre mujeres y hombres.
El informe realizado desde la Secretaría de Igualdad Confederal de UGT nos confirma que la aplicación del principio de igualdad de retribuciones se ve dificultado por la falta de transparencia en los sistemas de retribución, la falta de criterios precisos en materia de igualdad salarial y la falta de información clara para los trabajadores/as que sufren desigualdades. Desde FSP-UGT creemos que una mayor transparencia salarial mejoraría la situación de las víctimas al poder constatar y compararse con los trabajadores de otro sexo y así poder denunciar esta situación ante los Tribunales nacionales.
Los derechos económicos, sociales y culturales se consideran derechos humanos. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 recoge en su artículo 7 la igualdad salarial:
“A.- Una remuneración que proporcione como mínimo a todos los trabajadores/as:
1.- Salario equitativo e igual por trabajo de igual valor, sin distinción de ninguna especie.
2.- Condiciones de existencia digna para ellos y sus familiares.
B.- Seguridad e higiene en el trabajo.
C.- Igualdad de oportunidades para todos de ser promovidos, dentro de su trabajo, a la categoría superior que les corresponda, sin más consideración que los factores de tiempo de servicio y capacidad.
D.- El descanso, el disfrute del tiempo libre, la limitación razonable de las horas de trabajo y las vacaciones percibidas pagadas, así como la remuneración de los días festivos”
Si bien existen regulaciones cuya finalidad es promover la igualdad salarial, aún existe discriminación. La brecha de género se mantiene con respecto al ingreso.
“Las mujeres españolas tenemos que trabajar 84 días más que los hombres para percibir el mismo salario”.
Con respecto al paro, la reducción de gasto público (sanidad, educación y servicios sociales) está afectando en mayor medida a la mujer por tratarse de empleos de sectores feminizados y como bien recoge el Informe de UGT: “Las mujeres están siendo en muchos casos las sustitutas de ese Estado de Bienestar.”