Este primero de mayo el silencio en las calles clamará por otro mundo posible
Este Primero de mayo no habrá manifestación por el Día Internacional del trabajo. Las banderas no hondearán con nuestras siglas. No nos concentraremos en las plazas. NO caminaremos por las calles. No estrecharemos las manos. No nos encontraremos tras las pancartas. Este primero de mayo, nuestras voces no resonarán en las arterias de todas las ciudades y pueblos del mundo.
Sin embargo, el Primero de Mayo de 2020, millones de trabajadoras y trabajadores se alzarán de norte a sur, de este a oeste. Uniéndose en una sola voz para reclamar un nuevo orden mundial más justo y solidario. El internacionalismo sindical, recordará que nuestra bandera son los Derechos Humanos que declaran que el derecho al trabajo y a la protección social, significan la dignidad de todas las personas.
Este Primero de mayo, la voz del sindicalismo se levantará hasta el infinito para reclamar un mundo más justo, en el que no quepa la explotación de ningún ser humano. Reclamando acuerdos internacionales, que aseguren los mismos derechos laborales en todos los países. Porque la globalización no puede ser el cauce por el cual el mercado rija, con sus propias normas y al margen de la democracia, nuestras vidas, creando nichos de explotación donde las ganancias valen más que la dignidad de la clase trabajadora.
Este Primero de mayo, las trabajadoras y los trabajadores alzarán su voz en los balcones, en las redes sociales, en los medios de comunicación, en las ondas, en los vecindarios. Uniéndose para reivindicar la importancia de dotarnos de instituciones internacionales, que fomentan los acuerdos para el cumplimiento de los objetivos de justicia global, las relaciones de apoyo mutuo, la cooperación, la equidad, la solidaridad, la igualdad, la paz y la sostenibilidad del planeta.
Y este Primero de mayo, desde FeSP UGT, reivindicaremos la importancia de políticas públicas que sitúen a las personas y su bienestar, por delante de los intereses económicos de unos pocos. Evitando que nadie sienta la soledad y el abandono por parte del Estado y la sociedad. Volveremos a rechazar los recortes y la privatización de servicios esenciales. Defenderemos los derechos de las empleadas y empleados públicos que están en la primera línea de batalla contra el COVID 19. Y renovaremos nuestro compromiso en el desarrollo de un sistema de servicios públicos universal de calidad que constituya el eje vertebrador de una sociedad justa, equitativa y sostenible.
Este Primero de Mayo recordaremos a los que ya no están. A quienes se fueron, mientras desempeñaban su trabajo. A los compañeros y compañeras, amistades, familiares, vecinos que nos dejaron por la pandemia. Alzaremos la voz por los miles de empleados y empleadas públicas que cada día arriesgan su vida para salvar las nuestras.
No nos verán en las calles. Pero nos sentirán en cada rincón del planeta, porque las trabajadoras y trabajadores del mundo, uniremos nuestras voces de este a oeste; de sur a norte, con tanta fuerza, con tantas razones, con tanto coraje que conseguiremos caminar hacia el fin de la pandemia y la construcción de un nuevo modelo económico y social cuya prioridad sean los derechos y el bienestar de las personas y la sostenibilidad del planeta.