Ante el Día Mundial del Correo, FeSP-UGT reitera su exigencia de que se garantice la financiación del Servicio Postal Público
El Día Mundial del Correo se celebra cada año el 9 de octubre. El Congreso Postal Universal de 1969 en Tokio lo declaró como un motivo para conmemorar el aniversario de la creación de la Unión Postal Universal (UPU) en 1874.
El propósito del Día Mundial del Correo es dar a conocer el papel del Correo en la vida cotidiana de las personas y las empresas, así como su contribución al desarrollo social y económico mundial.
En el mundo existen más de cinco millones de empleados de correos y 663.000 oficinas. Los servicios postales procesan y entregan cada año más de 368.000 millones de cartas y 6.400 millones de paquetes, según datos de la Unión Postal Universal (UPU). También suministran servicios bancarios y electrónicos con el objetivo de estrechar la brecha financiera y la digital entre los países, cumpliendo con las crecientes necesidades de los clientes en todo el mundo.
Es la mayor empresa pública de España por número de empleados, el pasado año repartieron más de 165 millones de paquetes. En nuestro país, Correos es una de las organizaciones públicas que más aporta al desarrollo económico y a la cohesión social. Se consolida como una empresa viable, encargada de la prestación del SPU, que actúa como soporte para operadores privados, diversificando su actividad en el mercado digital y potenciando su red con nuevos servicios para dinamizar la economía de las zonas rurales y cohesionar el territorio del Estado a través de iniciativas como la prestación de servicios bancarios, pago de recibos de las compañías suministradoras (luz, telefonía, gas).
Desde la FeSP-UGT continuamos exigiendo que se garanticen la financiación del Servicio Postal Público, su calidad y la apertura de la negociación de un nuevo acuerdo laboral que recoja una mejora de las condiciones laborales con más salario, empleo y derechos.
Según Bishar A. Hussein, director general de la Unión Postal Universal, los empleados de correos necesitan apoyo político e inversiones, así como un marco regulatorio adecuado para sus actividades.