El cáncer constituye uno de los mayores problemas de salud a los que se enfrenta la humanidad. La Agencia Internacional para la investigación sobre el Cáncer (IARC), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indica en su Informe Mundial contra el cáncer 2014 que estas patologías están creciendo “ a un ritmo alarmante y pone de manifiesto la necesidad urgente de implementar estrategias de prevención eficaces para contener la enfermedad”. El mismo informe estima que en 2012 hubo 14 millones de nuevos casos y se espera que esta cifra aumente a 22 millones en los próximos 20 años.

Pero es menos conocida por la opinión pública la relevancia de los cánceres debidos a exposiciones ocupacionales: casi la mitad de los agentes cancerígenos reconocidos por al IARC están presentes en los centros de trabajo y un significativo porcentaje del total de tumores tiene un origen laboral.

La evolución del cáncer en España no es ajena a estas tendencias: más de un millón y medio de nuestros ciudadanos son pacientes o supervivientes de cáncer1 en 2012 se contabilizaron más de 215.000 nuevos diagnósticos2 y más de 110.000 fallecimientos por este motivo3. Sin embargo, el nivel de reconocimiento de cánceres de origen laboral en nuestro país es bajísimo. En 2013 tan sólo se han cerrado 34 partes de Enfermedad Profesional causadas por exposición a agentes cancerígenos entre el conjunto de los trabajadores en activo4, a los que habría que sumar un número indeterminado de reconocimientos entre trabajadores jubilados, muchos de ellos producto de procesos judiciales en los que los sindicatos y las asociaciones de afectados nos enfrentamos a empresas y , más a menudo de lo que se desearía, al Instituto Nacional de seguridad Social y a las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social.

Esta situación obliga a que UGT incluya el cáncer en un lugar prioritario dentro de nuestra acción sindical en materia de salud laboral, desde el convencimiento de que la mayor parte de los cánceres de origen ocupacional son previsibles identificando la presencia en los centros de trabajo de los agentes cancerígenos, eliminándolos si es posible, evaluando el riesgo de los que no se puedan eliminar, adoptando medidas preventivas colectivas e individuales, formando e informando a los trabajadores y realizando la vigilancia de la salud específica a los riesgos identificados. Nuestros esfuerzos para lograr una mayor visibilización  de estas patologías profesionales también se han centrado en intentar lograr un aumento en la declaración de Enfermedades Profesionales causadas por agentes cancerígenos, en reclamar una apuesta desde los poderes públicos por la investigación sobre las exposiciones ocupacionales a agentes cancerígenos y, en los últimos tiempos, en atenuar los problemas sociolaborales del cada vez más numeroso colectivo de supervivientes al cáncer, que intentan reincorporarse a sus puestos de trabajo y encuentran múltiples obstáculos, intensificados por la situación de crisis económica y por su condición de especial vulnerabilidad.

Desde FSP-UGT somos conscientes de las dificultades de estos objetivos, pero la experiencia que hemos acumulado en la prevención de la Salud Laboral nos demuestra que la adopción de medidas efectivas tiene un impacto positivo en la prevención de estas patologías. Nos preocupa esta situación y creemos importante hacer campañas para advertir a la administración y profesionales de este riesgo.

En estos momentos, en el sector de la salud debido al aumento de la incidencia del cáncer, y por tanto el aumento en la manipulación de  medicamentos citostáticos, el riesgo es más elevado y es fundamental  alertar a los trabajadores sobre esta situación y exigir a las autoridades sanitarias la puesta en marcha de medidas de prevención

El Real Decreto 665/1997 sobre protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición laboral a cancerígenos es de aplicación en el caso de los compuestos citostáticos, puesto que el potencial mutagénico y carcinogénico de muchos de los agentes neoplásicos está perfectamente establecido, y así hay que considerarlos desde el punto de vista de la gestión de riesgos laborales5.

Los citostáticos son sustancias citotóxicas diseñadas y utilizadas para causar disfunción celular, inhibiendo el crecimiento de las células cancerosas mediante la alteración del metabolismo y el bloqueo de la división y la reproducción celular, por lo que se utilizan preferentemente (aunque no exclusivamente) en el tratamiento farmacológico de enfermedades neoplásicas (quimioterapia). Debido a su mecanismo de acción a nivel celular, pueden provocar efectos mutagénicos, carcinogénicos o teratogénicos.

Estos efectos nocivos, se han demostrado claramente en la salud de los pacientes tratados, sin embargo  es más difícil establecer los posibles efectos adversos que pueda causar la exposición profesional crónica a bajos niveles de concentración de compuestos citostáticos. Hay que tener en cuenta, que los efectos pueden ser subclínicos y no ser evidentes durante años (o generaciones) de exposición  continuada. Pero aún en ausencia de datos epidemiológicos, la toxicidad de los agentes citostáticos obliga a tomar precauciones para minimizar sistemáticamente la exposición a los mismos. Un estudio realizado en el año 2010 en Estados Unidos demostró que el riesgo a sufrir aberraciones en los cromosomas 5 y 7 de trabajadores sanitarios que administraban quioterapía se incrementaba significativamente a partir de 100 exposiciones a citostaticos  6.

Otra investigación de 2009 realizada en España detecto ciclofosfamida en el 58% de las muestras tomadas en la zona de preparación de los citostáticos y en el caso de los hospitales de día un 69%. Todos los viales analizados y la tapa de estos estaba contaminada. Otro foco importante de contaminación es la bolsa de transporte de los citostáticos al paciente, ya que el 80% de las bolsas estaban contaminadas.

Por otro lado la contaminación de citostáticos se propaga en las farmacias hospitalarias fuera de las zonas de preparación en un 42% y en un 67% los hospitales de día.7

Hay que tener en cuenta también, que la exposición a citostáticos en el ámbito sanitario no implica exclusivamente al personal sanitario (áreas de preparación de citostáticos -farmacia- y de administración -enfermería) sino que también puede afectar al personal de suministro, recepción y almacenamiento, transporte, laboratorio y tratamiento de residuos, así como personal auxiliar y de la limpieza por contacto con excretas de pacientes sometidos a quimioterapia o en caso de accidentes (vertidos, salpicaduras o punciones).

Los medicamentos citostáticos presentes en el ambiente pueden ser incorporados al organismo por:

·       Aire contaminado: Inhalación del polvo o aerosoles, e incluso de los vapores generados a temperatura ambiente.

·       Equipos de protección individual contaminado, ingestión mano boca (comida o cigarrillos contaminados).

·       Penetración a través de la piel o mucosas, por superficies contaminadas (contacto directo con fármacos).

Factores del riesgo

·       La magnitud del riesgo depende de la toxicidad inherente de cada citostático pero sobre este factor no se puede actuar ya que viene condicionado por la prescripción médica.

·       El nivel de exposición, que se relaciona con:

–      La carga de trabajo.

–      Las condiciones de manipulación, Protección ambiental, material de protección.

–      Técnica de manipulación: Implica procedimientos, adiestramiento y evaluación periódica.

–      El tiempo de exposición. Es aconsejable aplicar sistemas de rotación entre el personal adiestrado.

·       La fase del proceso. Hay mayor riesgo en la preparación y en los derrames     accidentales, aunque las medidas de protección deben incluir todas las fases del proceso.

·       Determinadas características del manipulador: Embarazo, edad reproductiva, exposición simultánea a otros agentes, etc.

Riesgos para la Salud a corto plazo

La exposición laboral pude dar lugar a síntomas agudos:

–       Dolores de cabeza

–       Úlceras en mucosas

–       Daño hepático

–       Pérdida de pelo

–       Mareos

–       Náuseas y vómitos

Riesgos para la Salud a largo plazo

–       Cáncer

–       Desarrollo celular inusual

–       Daños orgánicos

–       Problemas reproductivos

–       Daños en el ADN

Medidas de prevención y protección

En la manipulación de citostáticos, al igual que en otras actividades del ámbito sanitario, hay que considerar tanto los aspectos de protección del producto (asepsia) como la minimización de los riesgos que afectan tanto el personal manipulador, como el enfermo y el medio.

La concienciación y apoyo de los gerentes de centros sanitarios es básica para segurar que las medidas de prevención a la exposición se ponen en práctica en los centros sanitarios.

La medida de prevención más efectivapara eliminar la exposición a citostaticos es la utilización de sistemas de preparación y administración herméticos, que previenen que la contaminación del citostatico salga a la atmosfera via aerosol, vapor o goteo durate los procesos de preparación y administración. A estos sistemas se les conoce como dispositivos cerrados de transferencia de medicación, y la definición de los mismos ha sido recogida por el NIOSH Americano y por otras Sociedades Científicas internacionales (eg. ISOPP). El RD 665/1997 establece la obligación de usar sistemas cerrados en la preparación y administración de quimioterapia , pero no incluye la definición de los mismos. Se hace por tanto necesario que el Ministerio de Trabajo modifique el RD 665/1997 e incluya la definición de sistema cerrado de transferencia de medicación de los Organismos Sanitarios y Sociedades Científicas Internacionales . La utilización de sistemas cerrados debe combinarse con otras medidas como la utilización de instalaciones técnicas adecuadas (protección colectiva) y equipos protectores personales (ropa y equipos de protección individual adecuadamente probados y validados). Además, debe reducirse al máximo el número de personas que manejan citostáticos, mediante, medidas organizativas y el abastecimiento con soluciones ya listas para su administración que requieran la menor manipulación posible.

La formación del personal que trabaja con citostáticos es un aspecto clave para evitar los riesgos ocupacionales y garantizar la seguridad del paciente al limitar los posibles errores de medicación. Por ello, se  deben establecer programas de formación continua y reglada en todos los centros sanitarios , que cubran aspectos como: riesgos potenciales de estos medicamentos, normas de manipulación, medidas de prevención y protección y actuación ante contaminaciones accidentales. Esta formación no implica solamente al personal de preparación y administración de citostáticos, sino también el encargado de almacenamiento, transporte y limpieza.

 

¡La salud de los trabajadores sanitarios está en juego y es necesario que las autoridades sanitarias, laborales y la gerencia de los centros sanitarios se impliquen para minimizar los riesgos!