La Unión General de Trabajadores considera innecesario y fuera de lugar el cambio de denominación del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) por el de Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo, aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros.
Para UGT, este cambio, que supone una excepción en el entorno europeo e internacional en materia de prevención de riesgos laborales, puede suponer la liberación de la obligación empresarial de garantizar la seguridad y salud de los trabajadores, responsabilizando a los empleados de su propia salud laboral, y puede contribuir a confundir condiciones laborales con vida saludable y salud laboral con salud pública.
En el contexto de una economía que crece actualmente a un ritmo del 3%, se espera que incremente el bienestar de los trabajadores, sobre todo cuando los esfuerzos de esa recuperación han recaído casi exclusivamente sobre sus hombros en forma de recortes sociales y de derechos.
Sin embargo, las condiciones de trabajo son cada vez más precarias:
- La tasa de paro de España es la segunda más alta de la Unión Europea, después de Grecia, y la mitad de los trabajadores parados no percibe ninguna prestación por desempleo.
- La remuneración total de los asalariados se sitúa más de cuatro puntos por debajo del nivel pre-crisis, mientras que los beneficios empresariales se han incrementado seis puntos.
- La temporalidad en el empleo cada vez es mayor, menos del 10% de los contratos de trabajo que se realizan son indefinidos y, de estos, el 42% lo son a tiempo parcial.
- Los contratos temporales cada vez son de menor duración, uno de cada cuatro lo son de menos de siete días. El 36% de los contratos son a tiempo parcial.
Ante esta realidad, UGT exige que el Bienestar en el Trabajo se traduzca en mejores condiciones laborales y menores riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores y trabajadoras.
Por ello, el sindicato reclama el reforzamiento de este órgano científico técnico especializado en materia de seguridad y salud en el trabajo, que ha perdido desde diciembre de 2011 el 30% de sus recursos humanos y cuya labor es esencial en el análisis de las condiciones laborales y la promoción y apoyo a la mejora de las mismas.