UGT y CCOO denuncian falta de previsión y retraso en las tarjetas INE a escasos días del 14 F
UGT y CCOO advierten que, a cinco días hábiles de las elecciones en Cataluña, la falta de previsión e instrucciones erráticas que el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, impone a sus profesionales está provocando retrasos importantes en las tarjetas INE y en la propaganda electoral. Denuncian el fracaso de su medida “estrella” de 1.500 nuevos contratos basura con la que ha intentado tapar su nefasta gestión del proceso.
- Los sindicatos denuncian que hay un considerable retraso en el reparto de las Tarjetas INE y en la propaganda electoral. Los centros de trabajo están saturados y en las oficinas se generan unas colas interminables.
- La solución de Juan Manuel Serrano mediante el refuerzo de 1500 contratos, según UGT y CCOO es una cortina de humo para salvar su imagen ante la ciudadanía, ya que no se han realizado en su totalidad -faltan 300 de los 1.500 previstos- y son contratos a tiempo parcial por unas pocas horas en reparto (más del 57%), o para fines de semana en clasificación (16%).
- Si este proceso electoral concluye de forma satisfactoria será únicamente, aseguran UGT y CCOO, por la profesionalidad de los trabajadores/as de Correos -extenuados por las sobrecargas y lidiando con la tercera ola del COVID sin medidas preventivas necesarias-, porque desde luego la gravísima, incompetente e improvisada gestión de los directivos entorpece aun más los esfuerzos que los trabajadores/as están asumiendo.
- Ambos sindicatos confían en la experiencia de los profesionales de Correos para salvar el caos en que ha sumido su presidente, como ocurrió en las elecciones de Euskadi y Galicia celebradas el pasado 12 de julio.
Desde hace dos semanas ambos sindicatos vienen advirtiendo a la Correos que ante el complejísimo contexto en el cual se desarrollaría el proceso electoral en Cataluña (riesgo COVID, plazos legales, restricciones de movilidad, estado de alarma, etc.) era imprescindible un diálogo con las Organizaciones sindicales para tratar de conocer y discutir las medidas de organización del trabajo y prever los medios necesarios para garantizar el cumplimiento de las obligaciones que Correos afrontaba. Nada de esto se ha hecho, tal y como aseguran los sindicatos, y a dos semanas de la votación la incertidumbre sobre el correcto desarrollo del proceso electoral es una constante sombra que acecha a la gestión de Juan Manuel Serrano, presidente de la compañía, y que se va agrandando día a día por la saturación y acumulación de envíos en los centros trabajo.
La realidad es que la falta de previsión y liderazgo en el proceso electoral catalán por parte del presidente de la compañía pública, que, además de llegar tarde y sin planificación alguna ha forzado a los profesionales de Correos a seguir decisiones contradictorias, erráticas y a golpe de improvisación, como por ejemplo la determinación de los refuerzos de contratación necesarios para «garantizar el cumplimiento de todas las obligaciones de servicio público que le son encomendadas durante los procesos electorales», tal y como Serrano aseguró en prensa. Primero anunció la futura realización de 965 contratos y días después, retrocedió anunciando la ampliación de la contratación hasta 1.500 efectivos. Según advierten UGT y CCOO los anuncios se quedan meramente en eso, anuncios, porque no es cierto que se hayan completado en su totalidad. De hecho, a día de hoy faltan 300 contratos por realizar debido a la falta de personal disponible en las Bolsas de empleo y Correos debe recurrir a gente fuera de las Bolsas -no teniendo experiencia previa en el ámbito y teniendo que lidiar con el desarrollo de un proceso electoral con la responsabilidad legal que conlleva-. A este despropósito de gestión, añaden los sindicatos que la contratación ofertada es, en su inmensa mayoría, refuerzos a tiempo parcial por unas pocas horas en reparto (más del 57%), o para fines de semana en logística (16%) y además el 32% de los contratos realizados hasta la fecha tienen como fecha de finalización el 21 de febrero.
UGT y CCOO señalan la grave situación que viven los trabajadores/as en los centros de toda Cataluña, y en el resto del Estado, es que tras casi dos años sucesivos de recortes de contratación y plantilla la capacidad de Correos está al borde del colapso, a lo que se suma el contexto de pandemia. Si ya de por si la gestión de las tareas electorales habituales (tarjetas INE, propaganda, etc.) es más complicada comentan los sindicatos, ante datos de petición masiva de Voto por Correo -270.392 solicitudes admitidas-, será mucho más difícil de realizar una correcta gestión gracias a la ocurrencia de la modalidad de “recogida de voto a domicilio” que pone en grave riesgo de contagio a trabajadores/as y ciudadanos/as”
Uno de los más graves problemas sobrevenidos ante la falta de previsión, es la falta de personal para atender las vitales tareas de gestión del voto por correo y recogida de documentación el mismo día 14. El temor de muchos trabajadores a posibles contagios por la falta de medidas preventivas, que también se han improvisado, y las cicateras cantidades que se pagan por estos trabajos, ocasiona que falten voluntarios para realizarlo. La empresa está desesperada haciendo llamamientos a los trabajadores para conseguir el personal necesario, y ahora promete mayores compensaciones y mayores medidas preventivas, que fueron rechazadas en la negociación cuando UGT y CCOO las propusieron.
Los sindicatos señalan que la solución de Juan Manuel Serrano para tratar de reconducir la situación es la misma que utilizó en anteriores procesos electorales, que es pedir esfuerzos extraordinarios en la plantilla apelando a una responsabilidad que él mismo ha demostrado no tener, improvisando medidas e imponiendo unilateralmente ampliación de horarios, apertura de tardes, domingos, festivos e incluso ampliando jornadas hasta las doce de la noche. Todo esto, sin negociación alguna advierten, supliendo las carencias de personal ordenando realizar miles de horas extraordinarias, violando la legalidad en los descansos y obviando que para ello es necesaria la voluntariedad.