18 de diciembre, Día Internacional del Migrante
Estamos asistiendo ante una de las mayores crisis humanitarias acontecidas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de las miles de personas que tratan de llegar en busca de protección, empujadas por las inhumanas condiciones de sus países de origen o por situaciones del conflicto de las que huyen. Las terribles condiciones en las que se desarrolla la huida se han cobrado la vida de más de 2.800 personas, en su intento de alcanzar la protección y seguridad de una Europa, cuyos gobiernos, no está contestando con la celeridad, el sentido de justicia y solidaridad que se requiere ante este drama humanitario.
Llevamos meses siendo testigos de las imágenes de personas y familias que intentan huir del infierno, traspasando fronteras por todos los caminos posibles, sin embargo, el gran desencadenante de la alarma, ha sido la guerra de Siria de donde procede el 80% de todos los solicitantes de asilo europeo. Una cuarta parte son niños y niñas, entre los que se encuentran muchos menores que se desplazan solos.
Ante esta tragedia UGT, conjuntamente con otras organizaciones ha reivindicado disposiciones urgentes que sean solidarias, dignas y capaces de defender derechos fundamentales como el de asilo y refugio», exigiendo una respuesta inmediata, eficaz y ágil que garantice los derechos de las personas que llegan a Europa, y que dicha respuesta se coordine de manera urgente habilitando mecanismos excepcionales a través de las instituciones, organismos y gobiernos europeos, estableciendo vías de financiación para garantizar la eficacia inmediata de las medidas.
Es vergonzoso que Europa se muestre incapaz de acoger adecuadamente y en condiciones dignas a las personas que llegan en situación de riesgo y/o persecución. Reiteramos que estas personas huyen y llegan a Europa, en muchos casos tras haber sido víctimas de los traficantes de seres humanos, buscando lo que se supone que es, un espacio seguro de acogida y respeto para sus derechos y donde, sin embargo, encuentran un limbo inhóspito bien de cinismo bien de abierta hostilidad.
Es fundamental gritar que las personas refugiadas huyen de la violencia y de la persecución, y que por ello, tienen derecho a recibir una adecuada protección y una acogida digna. El derecho de asilo es un derecho humano regulado por la normativa internacional, tanto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos como de forma específica en la Convección para el Estatuto de Refugiados, aprobada por Naciones Unidas en 1951 para proteger a refugiados europeos después de la Segunda Guerra Mundial y ampliada después su alcance sin restricciones geográficas por el Protocolo de los Refugiados de 1967.
Reiteramos la importancia de la EDUCACIÓN como la clave para formar a las futuras generaciones en el compromiso de la defensa de los derechos humanos de todos y cada uno de las personas y de sus pueblos. Y por tanto la necesidad de colocar en el corazón de la enseñanza la educación para la ciudadanía y los derechos humanos. Hoy más que nunca, es preciso recordar la importancia de una educación que enseñe a habitar el mundo desde la solidaridad, la democracia, la igualdad y la justicia para que dramas como el que estamos viviendo no vuelvan a repetirse.
(Luz Martínez Ten, secretaria de Mujer y Políticas Sociales de FeSP-UGT)
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